Texto: Enrique del Río

Abran paso. Tienen solo veintitantos años y ya son el futuro del arte. Nacieron entre el 94 y el 2002 y nunca han vivido sin internet. Esta generación hipercognitiva, siempre expuesta a la tecnología, las redes sociales y las pantallas móviles, da relevo a los ya no tan jóvenes millenials. La Generación Z empieza a entrar de lleno en el arte con sus propias normas y ya se hace notar. Son prácticos, realistas, tienen mentalidad global, trolean a los boomers, viven la diversidad y se sienten cómodos, y mucho, con cualquier experiencia virtual. La generación más digitalizada de la historia busca sin embargo refugio en la pintura. Como terapia de choque. Como tantas y tantas generaciones anteriores. Pero la transforman, a su manera, a su realidad, a su mundo. La era digital no solo ha traído consigo nuevas formas de mostrar y consumir arte, también ha revolucionado el proceso creativo de una nueva generación de artistas. Ya nada es igual.

Los más mayores apenas suman 29 años y ya han vivido una pandemia histórica, guerras globales, ataques terroristas, los efectos del cambio climático y no conocen el mundo sin recesión económica. Su pintura habla de su presente y de su futuro. De sus preocupaciones, principios y valores… de sus vidas, intereses y pasiones. Una pintura libre y fresca —Wet Painting—, recién salida del horno, de su estudio. Sin tabús, ni ataduras, ni presión social, ajena tanto a las tendencias del mercado como a los prejucios del arte. Simplemente pintura. Lo que les sale, lo que llevan dentro, lo que apenas hace pocos años, o algunos casos meses, hacían inocentemente en las aulas de la universidad. Lo que quieren seguir haciendo de por vida. Lo que les gusta. Esta doble exposición muestra una selección de los 20 mejores pintores de la Generación Z. Los que están hablando y plasmando hoy esta nueva realidad: la suya. Un retrato de la que es ya la generación más grande de la Tierra y que supone casi un tercio de la población mundial. La generación de Tik Tok, Netflix, Alexa, Spotify, Youtube o Snapchat. La del K-pop, el anime y los videojuegos. La que recibió su primer móvil a los 7 años. La iGeneration. La más educada, estresada y deprimida de la historia. La de la nostalgia. La de lo vintage y lo sostenible. La más heterogéa y plural. La de la irreverencia, la inmediatez y la incertidumbre. La generación autodidacta por excelencia, la más ágil y con menos vértigo al cambio. La de la era de la información y las fake news.

Adela Angulo Portugal, Albert Riera Galceran, Ana Pavón Porras, Ángel Sevillano, Cecilia Sebastián de Erice, Claudia Pastomas, Fran Baena, Francesc Roselló, Gema Quiles, Isidre Enrich, Jaime Urdiales, Javi Mosquera, Laura Vinós, Miquel Boneta, Miquel Ponce, Néstor del Barrio, Ramón Muñoz, Raquel Serrano, Rosa Aguilar y Sofía González retratan el nuevo mundo que viene. Pintura ultracontemporánea. Pintura de hoy.

Esta es la Generación Z. Pasen y vean.


Albert Riera Galceran (1995)

Formado en el diseño gráfico, Albert Riera Galceran inició su trayectoria artística en la fotografía y, más tarde, y a raíz de una larga estancia en Londres, se inició en la pintura. Artista curioso y transversal, no cierra la opción de adentrarse en otras disciplinas artísticas como la escultura aunque en la actualidad centra su dedicación a la pintura y la instalación. Sobre el lienzo su obra recuerda la abstracción. Dice que plantea el proceso creativo dejando que sea el trabajo y el azar los que influyan en el resultado final, otorgando un gran protagonismo al ojo del espectador que, a su parecer, ha de concluir la obra desde su subjetividad.

Ver obra disponible

Ángel Sevillano (1998)

La investigación artística que viene desarrollando Ángel Sevillano tiene como ejes principales las tensiones ideológicas y problemáticas contemporáneas haciendo uso de la iconografía costumbrista contemporánea. La imagen actual, repetida, incontrolable y carente de sentido se convierte en el elemento de trabajo de su practica artística, una imagen de la cual se apropia y recontextualiza dándole un significado personal autobiográfico.

Ver obra disponible

Cecilia Sebastián de Erice (1996)

El trabajo de Cecilia Sebastián de Erice consiste en manchar los lienzos con rastros cenicientos de polvo, para poder reconstruir una narrativa mediante fragmentos y partes inconexas de algo que una vez estuvo lleno de significado y funcionalidad. Sus obras reúnen energías inconscientes y recuerdos íntimos que toman forma en el lienzo a partir de colores rotos y gestos crudos.

Ver obra disponible

Claudia Pastomas (1998)

La producción artística de Claudia Pastomas parte de lo pictórico y lo instalativo. Se posiciona en su espacio de trabajo, un antiguo taller de ebanistería en Valencia que actúa como atractor de una arqueología medial con el repertorio de objetos y formas que encuentra. En su obra, evidencia los procesos de un medio, trabajando con el residuo, los límites y el ornamento para explorar cómo ha cambiado el paradigma en relación a la producción mercantil y reconstruye vínculos entre formas, materiales y lo obsoleto para pensar cómo se activan en el presente. Una línea de investigación y producción artística motivada por la búsqueda de nuevas percepciones que revisan la producción ebanística tradicional.

Ver obra disponible

Francesc Roselló (1994)

Francesc Rosselló trabaja en sus obras recuerdos que, de alguna manera, han dejado huella en su vida. Sus pinturas y dibujos presentan su universo particular, en el cual personas cercanas a él, animales, comida y cigarrillos son representados con un marcado trazo personal. Las técnicas con las que aborda esta serie de pinturas suelen ser óleo y acrílico. El humor tiene un gran peso narrativo y va acompañado de una gama cromática de colores vivos y saturados que funciona de manera armoniosa.

Ver obra disponible

Isidre Enrich (2002)

El trabajo de Isidre Enrich propone formas mínimas, reducidas y elementales, centrando su trabajo principalmente en la naturaleza y sus colores cálidos y terrosos. Con un trabajo figurativo al borde de la abstracción, Isidre retrata flores simples pintadas sin objetividad alguna, transformando la voluntad del artista en una forma de autoconciencia, otorgando vital importancia al soporte, el fondo y la materia del trazo.

Ver obra disponible

Javi Mosquera (1999)

En un mundo afectado por la masificación de imágenes digitales y su consumición desmesurada, la obra de Javi Mosquera es un medio para establecer una conexión entre un imaginario variable, vivencias personales y la práctica artística. Su pintura es un descampado donde poder arrancar, vandalizar, apreciar y reordenar los elementos presentes en la realidad y en su propio imaginario, donde no existe servicio de mantenimiento que lo limpie, ni barreras de entrada a su realidad: el absurdo, la memoria, el color, el gesto, la catástrofe y lo ancestral, el Covid19, el cambio climático o la imagen ubicua. Sus piezas reflejan un realismo personalista en el que todo coexiste y donde el espectador se ve obligado a sostenerse y escoger ante el bombardeo de estímulos, sin posibilidad de ‘escrolear’ hacia lugares más agradables. Mapas que el artista utiliza para poder explorar su propia relación con la vida, el arte y la búsqueda de un sentido entre todo su sinsentido.

Ver obra disponible

Miquel Boneta (1998)

Miquel Boneta, K1WY, dedica su día a día a pintar, tatuar y sobre todo divertirse. Desde niño ha tenido un gran interés por expresar sus ideas en la calle con libertad, evitando los límites que te pone el papel y aprovechando la polémica y el rechazo social que implica el grafiti. Aprendió a dibujar, animar y pintar de forma autodidacta desde su adolescencia, consolidando sus conocimientos con estudios de Animación y VFX. Tras cuatro años de muchas pantallas, decidió alejarse de lo digital por un tiempo encontrando en la pintura su medio de expresarse, primero en la pared y después en el lienzo, pasando por la piel hasta llegar al video. La aparente banalidad de sus obras conecta con una reflexión sobre la angustia inherente a la soledad y otros estados de ánimo. Detrás del apodo K1WY se esconde una esencia inquietante y crítica que interpela directamente al espectador.

Ver obra disponible

Néstor del Barrio (1994)

Néstor del Barrio reflexiona sobre los procesos industriales, el mundo digital y la virtualidad, utilizando iconografía propia de internet y poniéndola en diálogo con narrativas artísticas más tradicionales del paisaje. Con ello plantea al espectador y a sí mismo cuestiones referentes a la idea de realidad, la velocidad en el mundo contemporáneo o la propia estética postinternet. Se plasma en su obra la preocupación sobre lo que la tecnología digital e internet supondrán en el futuro, cómo esta interviene en la recepción de la propia realidad o la concepción actual que tenemos de la imagen. Es mediante el propio acto pictórico desde donde se abordan todas estas reflexiones, desde soluciones técnicas como el marco o el soporte. Sus obras se acercan en ocasiones al concepto de pintura expandida, organizándose en instalaciones site specific que se adecúan a los espacios expositivos que las albergan.

Ver obra disponible

Raquel Serrano (1995)

La obra de Raquel Serrano es fruto de un proceso de experimentación plástica dentro de la gráfica y de reflexión sobre la estructura de las imágenes, concibiendo éstas como un objeto autónomo más allá de la condición mimética de la realidad. La evolución de la imagen fotográfica muestra infinitas interpretaciones mediante el uso del azar, la repetición, distorsión o superposición. Sus piezas parten del propósito de descontextualización y reutilización de imágenes generando un nuevo conjunto de significación propia.

Ver obra disponible

Adela Angulo Portugal (1999)

Adela Angulo Portugal indaga acerca de su proceso de creación y lo que sucede durante el mismo. Trata de cuestionar y repensar la pintura, buscando nuevas perspectivas de lo conocido desde una posición crítica y actual. También personal. Investiga sobre la configuración de la imagen pictórica a través de la imposición de una serie de límites, que actúan como puntos de referencia establecidos de manera tanto arbitraria como aleatoria. Deja que el material cree su propio lenguaje y además surja un diálogo con los demás elementos que abrazan la pintura: desde el propio soporte, el reverso de la tela y el lugar que la obra ocupa. Se centra en el control del material y aceptar lo incontrolable también, en los detalles más pequeños y minuciosos o en la importancia de la delicadeza y sensibilidad en la obra.

Ver obra disponible

Ana Pavón Porras (1996)

La pintura de Ana Pavón Porras aborda las capacidades plásticas de la idea de lo oculto como método de seducción, con el fin de crear una suerte de erótica de la pintura que acerque el ojo a la superficie del cuadro. La imposibilidad de nombrar lo oculto y la incapacidad de definir aquello que estamos viendo exige una mirada más cercana. La propia pregunta, así como las posibilidades que se ofrecen, se presentan como el verdadero contenido de la obra. La artista trata de crear un espacio más sugerente que descriptivo, el lugar idóneo para la ficción, que invita a una experiencia más sensible que interpretativa, creando un espacio pictórico que oscila entre lo poco concedido y lo mucho prometido.

Ver obra disponible

Fran Baena (1999)

Fran Baena se compromete con la juventud de la Tragicomedia Contemporánea. Existencialista y testigo de la ironía contra la tristeza a través de la imagen digital en redes sociales. Parte de una pintura ligada a las estéticas post-internet, atendiendo a sus poéticas políticas en el proceso de trabajo. Le interesa cómo esas imágenes consumidas en la web afectan al arte con formatos grandes, el temple al huevo y las telas de preparación casera cuya seriedad tradicional agrega relevancia a la tristeza ocultada por el consumismo de la felicidad; el paso a físico de una pintura articulada previamente en Instagram stories con el pincel redondo; o la lija y el gotelé como enlace poético con la ansiedad.

Ver obra disponible

Gema Quiles (1994)

Su trabajo, centrado en pintura y escultura, reflexiona acerca de la reinterpretación de la realidad y la creación de espacios propios a modo de refugio. Gema Quiles recurre a un imaginario basado en elementos característicos de la naturaleza para crear este espacio de evasión, donde la artista y el espectador lo transitan y habitan.

Ver obra disponible

Jaime Urdiales (1994)

La tranquilidad de sus primeros años de vida en el campo y su pasión por el cine le hicieron idealizar el estilo de vida que presentaba el cine clásico de Hollywood. Tras estudiar Bellas Artes en Madrid, Jaime Urdiales comenzó a viajar por el mundo y a descubrir las posibilidades de la pintura para expresar cómo se vería una ubicación ideal en un lienzo. Con la nostalgia como elemento más presente en su obra, Jaime Urdiales retrata en su obra de forma autobiográfica sus inicios en la industria del arte. De este modo, mediante la representación de vallas publicitarias o señales de Neón, narra cómo el mundo está descubriendo por primera vez su obra y da de forma irónia consejos a seguir para convertirse en artista. Sus últimas obras otorgan cualidades mágicas a aquellos que se conviertan en dueños de las mismas. Fortuna, suerte y protección son los temas principales en cada una de sus obras.

Ver obra disponible

Laura Vinós (1998)

Laura Vinós parte de un imaginario simbólico tanto universal y arquetípico como dúctil a la cultura de nuestra época que recrea elementos conformando escenas donde lo fragmental se experimenta como un conjunto, construido gracias a distintas fuentes preexistentes que vuelven a nacer. Estas imágenes resultan un largo poema, un todo abundante en sugestión- incitando a conjeturas en cuanto a lo que se narra. La pintura se aleja así de lo literal o evidente, juega entre significados, signos y asociaciones, ayudándose también del lenguaje como elemento lúdico visual.

Ver obra disponible

Miquel Ponce (1997)

Miquel Ponce concibe la pintura como un residuo, como una marca, un signo, por lo que en ella encontramos muestra de su deterioro y manipulación. Factores como el azar y el tiempo están presentes en su trabajo, que reflexiona sobre la producción de imágenes y sobre la crisis de la visualidad, buscando nuevos caminos para la producción pictórica. Sus obras pretenden abordar la pintura de un modo táctil, cuestionando la representación a partir del uso de los materiales, que le llevan a entender la pintura como algo físico y que establece un juego formal con sus propios elementos constructivos. En su trabajo, la imagen abstracta se presenta como residuo de su propio acto de creación, donde los distintos procesos utilizados en la ejecución de las obras convierten a la pintura en una imagen residual que quiere hablar tanto de nuestro tiempo como de sí misma. Su trabajo más reciente se acerca a corrientes como la pintura monocroma, con un interés particular en la idea de autorepresentación, y abordando la pintura desde una perspectiva instalativa y objetual.

Ver obra disponible

Ramón Muñoz (1998)

Ramón Muñoz parte de conceptos como duda, dualidad identitaria y ensimismamiento para abordar la representación del yo en espacios ambiguos, simulados o representados a partir o no de un modelo de referencia. De este modo, la pintura ofrece escenarios inquietantes, cargados de ambigüedad y de una ironía sutil que buscan estimular al espectador, poniendo el foco en lo que está por ser descubierto. Ramón Muñoz busca trasladar situaciones cotidianas a un lenguaje pictórico personal para generar así́ una nueva visión de la realidad, la cual nace en lo autobiográfico y busca afrontar de un modo más liviano problemas de la sociedad actual. Su pintura recoge todas aquellas vivencias que han estado presente de algún modo durante el proceso creativo. La suma de estos factores busca alejar al espectador de la realidad ordinaria, ofreciéndole una pausa e invitándole a recorrer ese universo que se conforma entre la representación y la evocación.

Ver obra disponible

Rosa Aguilar (1996)

El trabajo de Rosa Aguilar gira en torno a la estética del cottagecore y del naturismo, buscando lo lúdico y universal en el medio natural. En su obra los elementos juegan con su carácter arquetípico y con la relación del signo con el objeto, tal como haría Magritte en "Les mots et les images".

Ver obra disponible

Sofía González (1994)

Sofía González investiga a través de la pintura enlaces que conectan con lo dibujístico, con la representación espacial en el plano bidimensional y con esas formas de hacer que son atávicas en el ser humano. Propone una tipología de imagen en la que son constantes los objetos de proximidad, las tipografías o los patrones que se repiten, partiendo de una estructura simplificada a fin de eliminar elementos accesorios que entorpezcan la lectura de la misma.

Ver obra disponible