¿Es rentable invertir en arte?

El precio de las obras de arte ha experimentado diferentes altibajos en la última década debido a los vaivenes e inestabilidad de los mercados financieros. El amor por el arte se presupone en la mayoría de coleccionistas, pero, ¿es además rentable? Entre récords y más récords se mueven la mayoría de piezas no millonarias demandadas cada vez por más coleccionistas de todo el mundo (el 90% de las obras que se vendieron el año pasado en subasta costaron menos de 50.000 dólares, según el último informe TEFAF Art Market Report). Buscan disfrutar de su pasión ejerciendo compras sostenibles tanto desde el punto de vista artístico como económico. En el arte, la clave no está en las formas, sino en el fondo.

Dice Thierry Ehrmann, fundador y presidente de Artprice, en su editorial del último informe El mercado del arte contemporáneo en 2016 –que analiza la evolución de los precios de las obras de arte entre julio de 2015 y junio de 2016– que “para entender el crecimiento del 1.370% producido en el arte contemporáneo desde el año 2000, es necesario analizar las palancas, la facilidad de acceso a la información sobre el mercado del arte y la desmaterialización de las ventas en Internet, con el 95% de los actores conectados principalmente por Internet móvil”. Hasta aquí nada diferente de cualquier otro mercado. Y contiúa el informe sintetizando que “la terrible crisis económica y financiera a la que se enfrenta el mundo desde el año 2007, especialmente por medio de los tipos de interés negativos, muestra al mercado del arte como un oasis en medio del desierto. El mercado está atravesando un sano período de ajuste, tan necesario como previsible, en el que las ventas de arte contemporáneo ocupan un puesto destacado”. Según Ehrmann, “mientras los bancos centrales se dedican a aplicar tipos de interés negativos que arruinan, literalmente, a los ahorradores, el mercado del arte muestra un estado de salud insolente, con un rendimiento anual medio del orden del 9% en cuanto el precio de compra sobrepasa los 20.000 dólares”.

Oferta, demanda y rentabilidad

Pero, ¿de dónde salen estos datos a los que hace referencia Ehrmann? El enorme crecimiento de los precios obedece, según el informe, a dos fenómenos complementarios: la aparición continua de nuevos artistas y la elevación de grandes nombres al rango de iconos. “Los riesgos de caídas del mercado y los reajustes periódicos de los precios no logran frenar el número siempre creciente de coleccionistas”. Oferta y demana, demanda y oferta. “Así, el arte contemporáneo continúa siendo una inversión particularmente rentable a largo plazo. Muestra un rendimiento anual superior al 4,9% en los últimos 16 años y el número de obras vendidas se ha cuadruplicado en el mismo período, a escala global”.

A pesar de la inaccesibilidad a los datos de muchos de los agentes del mundo del arte, como ferias, galerías o intermediarios, a la luz de estos números macro y microeconómicos, el mercado del arte lleva 18 años afirmándose como un valor refugio ante las crisis económicas y financieras con rendimientos sustanciales y recurrentes. “El resultado es un sólido crecimiento lineal del valor medio de una obra del 115%, lo que corresponde a un rendimiento anual medio del 4,9%. Sin embargo, este aumenta hasta el 9% para las obras adquiridas por más de 20.000 dólares”, señala el informe de Artprice. Pero no es el único. Diferentes índices especializdos se mueven también en cifras parecidas. Uno de ellos, realizado por la prestigiosa consultora Art Market Research, muestra cómo en los últimos años las obras de artistas contemporáneos han conseguido una rentabilidad anual media del 12.4%. Otro informe sobre la salud del mercado del arte de Citibank, The Global Art Market – Perspectives on Current Drivers and Future Trends, revela un crecimiento del 13% anual desde el año 2000 e indica dos motivos: el crecimiento en China y la rentabilidad de los mejores precios.

En cualquier caso, como dice Thierry Ehrmann “es necesaria una explicación feliz”. Para el fundador de Artprice, escultor y artista plástico a la vez, “el artista contemporáneo cumple con su nuevo papel. En este mundo estandarizado y globalizado, el artista nos trae esta espiritualidad, objeto de nuestra búsqueda permanente hacia una desmaterialización que conduce, sin discusión alguna, a un cambio de paradigma”. La rentabilidad del arte, para muchos compradores, no es solo económica.