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Breve guía para comprar en subastas

Las casas de subastas llevan años registrando récords, uno tras otro. Un sector dentro del arte que no entiende de crisis, que ha triplicado su facturación respecto a 2007 y que prevé un crecimiento igual o mayor al de estos últimos años. Es la ley de la oferta y la demanda. Cuando hay incertidumbres económicas, salen mejores piezas al mercado, y cuando esto ocurre se suceden los records. Pero, ¿dónde están los mejores precios de las obras de arte? ¿Qué diferencias hay entre el mercado primario y el secundario hoy en día? ¿Dónde es mejor comprar? ¿Son iguales las casas de subastas nacionales que las extranjeras? ¿Realmente se encuentran grandes oportunidades en las subastas? ¿Qué hay que saber para comprar en una subasta? ¿Cuánto debo pagar de comisiones e impuestos? Daniel Díaz, asesor en inversión en arte y subastas de WeCollect Club y fundador de invertirenarte.es, analiza en este curso todas estas preguntas y da las claves para comprar hoy en día en subastas:
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Distinguir mercados
En estos últimos años, la crisis ha hecho que muchas colecciones tengan que ser vendidas, saliendo al mercado piezas ocultas en manos privadas durante mucho tiempo. Obras exclusivas muy atractivas también para economías emergentes como Rusia, China o los países del Golfo Pérsico, tres focos muy activos que han revolucionado el mercado en los últimos años. En este contexto, se sigue manteniendo, aunque con muchos matices, el esquema tradicional de mercado primario y secundario (galerías y subastas). “Las grandes diferencias están en las garantías que ofrecen las galerías, donde sabes que lo que estás comprando es del artista y donde tienes varias opciones para elegir si te gusta lo que ves. En subastas, muchas veces no tienes la garantía absoluta de que lo que estás comprando sea de quien se dice y no hay una oferta donde elegir, cuando sale una obra al mercado es la que es y la única a la que puedes optar, o eso esperas a que salga otra. A cambio puedes encontrar grandísimas oportunidades”, comenta Daniel Díaz.
El mercado del arte, como todos los demás, ha cambiado mucho en la última década y actualmetne se están dando hibridaciones. La subasta que realizó Sotheby’s del estudio de Damien Hirst el 15 de septiembre de 2008 y que recaudó 140 millones de euros es un icono del nuevo negocio de las casas de subastas, diluyendo las diferencias con el mercado primario. Pero no todo son ventas millonarias. Las casas de subastas se han adaptado a los nuevos tiempos y ofrecen ya diferentes servicios para la clase media alta. Christie’s, por ejemplo, abrió en South Kensington (Londres) una sala donde todos los días se celebran subastas con lotes de entre 3.000 y 100.000 euros. Además, han empezado a programar subastas exclusivamente online.
Sotheby´s, por su parte, ha apostado por abrir S2, una galería en Londres que ofrece exposiciones mensuales enfocadas a un público que no se siente cómodo con el vertiginoso ritmo de las subastas y que necesita meditar más sus adquisiciones. Saben que el perfil del comprador actual ha cambiado. Muchos coleccionistas jóvenes con poder adquisitivo buscan comprar piezas de artistas contemporáneos suyos.
Trabajo previo
“Tenemos que tener muy claro qué vamos a comprar y nuestras prioridades”, comenta Daniel Díaz. Conocer el mercado es algo fundamental si uno quiere comprar bien. No solo ver las obras de los artistas que nos interesan, sino dedicar tiempo a hablar con galeristas, artistas y gente que conozca la obra que queremos comprar: preguntar y preguntar. “Hay que hacer un trabajo previo importante. En la medida que a uno le interesa algo debe tender a querer saber más, ese es parte del trabajo que tenemos que hacer, conocer mucho sobre lo que queremos comprar. En este sentido es necesario saber, dependiendo de las posibilidades económicas de cada uno dónde podemos movernos. No es lo mismo comprar pintura, escultura, dibujo u obra gráfica. Tenemos que tener claro qué puede coleccionar cada uno realmente para tener buen foco. La distorsión en este mercado no es buena, hay que poner el foco donde nos interesa”. Ir al catálogo de la subasta, estudiar la obra y asegurarnos que están todos los datos correctos, pedir un “condition report” para saber cuál es el estado de la pieza, analizar previamente costes derivados de la compra como transporte, impuestos, seguro… “ninguno de estos pasos previos son obligatorios, pero sí aconsejables si no queremos llevarnso sorpresas después”.
Valor y precio
Cuando tenemos claro qué queremos debemos elegir bien y solo entonces ir a por la obra. En este momento hay que introducir un parámetro interesante, distinguir entre valor y precio. Una cosa es el valor que pueda tener una obra de arte para cada uno de nosotros y otra el precio en el que se pueda vender. “Normalmente, la mayoría de obras que tienen un precio alto también tienen un valor alto, pero una de las paradojas de este mercado es que no siempre es así, hay otra serie de conceptos que contaminan de tal forma que existen piezas con un valor todavía cuestionable o por demostrar que alcanzan precios astronómicos. “El mercado del arte es muy bonito pero no deja de ser mercado y por lo tanto hay unas reglas y en la medida que conozcamos esas reglas podemos funcionar mejor. En este sentido hay que entender que como el resto de mercados, el del arte depende de la oferta y demanda”. Es fácil, si hay mucha oferta de un autor y poca demanda, lo normal es que no se venda y los precios caigan. Si hay poca oferta y mucha demanda, esta exclusividad dispara el deseo de los coleccionistas por estas piezas y el precio sube.
Decidir la oferta
“Una vez hemos hecho el estudio, sabemos cómo es la pieza, el estado en el que está, hemos contrastado la obra con diferentes expertos y tenemos claros los gastos derivados de comprar esa obra, tenemos que preguntarnos ¿cuánto estoy dispuesto a pagar por ella? Es fundamental tenerlo muy claro antes de ir a la subasta y empezar a pujar para saber cuál es nuestro límite”. Una vez está todo claro, tenemos varias opciones:

  • Pujas por escrito: Tienen preferencia sobre todas las demás pujas posteriores, de tal forma que en igualdad de condiciones la que ha llegado primero es la que se lleva la pieza. Si vamos a pujar a lo mínimo nos interesa hacer una puja por escrito; si vamos a pujar muy por encima del precio inicial, no vamos a dar la puja por escrito porque estamos metiendo una puja más innecesaria.
  • Pujas por teléfono u online: Tiene su cierto riesgo por las condiciones que tengamos en cada momento de horario, cobertura, situación geográfica… pero es útil cuando la obra o el pujador está en el extranjero.  La opción online tiene las mismas características salvo que la haces a través de la web, cada día más común.
  • Pujas presenciales: Son diferentes según el sistema del país donde compremos. El sistema anglosajón es por estimación, si una obra aparece entre 10.000 y 15.000 dólares, la casa de subastas espera que se venda, precio final, entre esa orquilla, pero no sabemos en qué precio sale al mercado, solo lo sabes cuándo empieza la subasta. “Lo interesante de este sistema es que se puede pujar por debajo de la estimación ya que muchas veces la obra muy por debajo del precio estiamdo, muchas otras sin embargo muy por encima”. El sistema español en cambio tiene un precio de salida establecido. “Si pujas por teléfono, la casa da por supuesto que asumes ese precio mínimo que fija el catálogo. Otra cosa es que el lote salga por un precio superior porque se haya pujado antes por teléfono o internet”.

Pago, transporte e impuestos
Aquí es donde mucha gente se lleva la sorpresa. Igual que el mercado primario tiene sus porcentajes entre la galería y el artista (normalmente 50%), el mercado secundario tiene su forma de dividir los pagos. Siempre Intervienen dos agentes: el vendedor, al que se le cobra un 15% del precio más los impuestos; y el comprador, al que normalmente se le cobra un 20% más los impuestos, aunque estos porcentajes también pueden cambiar dependiendo de los acuerdos entre las partes.
Ventas privadas
Llas ventas privadas, la parte menos glamurosa y más confidencial de las casas de subastas, también se han multiplicado en los últimos años. De 374 millones de dólares de facturación en 2008, Sotheby´s ha pasado a 906 millones en 2012, lo que se ha convertido una apuesta clara por este mercado. Debido a la situación económica actual, muchas personas necesitan y tener liquidez inmediata. Una venta privada responde a estas necesidades porque no hay que esperar al calendario de subastas y es mucho más discreto para todas las partes. Las casas de subastas han invertido mucho en el mercado de ventas privadas, generando un crecimiento más sorprendente. Puede ser otra solución si buscamos una pieza concreta.

Breve guía para comprar en subastas

Breve guía para comprar en subastas

Las casas de subastas llevan años registrando récords, uno tras otro. Un sector dentro del arte que no entiende de crisis, que ha triplicado su facturación respecto a 2007 y que prevé un crecimiento igual o mayor al de estos últimos años. Es la ley de la oferta y la demanda. Cuando hay incertidumbres económicas, salen mejores piezas al mercado, y cuando esto ocurre se suceden los records. Pero, ¿dónde están los mejores precios de las obras de arte? ¿Qué diferencias hay entre el mercado primario y el secundario hoy en día? ¿Dónde es mejor comprar? ¿Son iguales las casas de subastas nacionales que las extranjeras? ¿Realmente se encuentran grandes oportunidades en las subastas? ¿Qué hay que saber para comprar en una subasta? ¿Cuánto debo pagar de comisiones e impuestos? Daniel Díaz, asesor en inversión en arte y subastas de WeCollect Club y fundador de invertirenarte.es, analiza en este curso todas estas preguntas y da las claves para comprar hoy en día en subastas:
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Distinguir mercados
En estos últimos años, la crisis ha hecho que muchas colecciones tengan que ser vendidas, saliendo al mercado piezas ocultas en manos privadas durante mucho tiempo. Obras exclusivas muy atractivas también para economías emergentes como Rusia, China o los países del Golfo Pérsico, tres focos muy activos que han revolucionado el mercado en los últimos años. En este contexto, se sigue manteniendo, aunque con muchos matices, el esquema tradicional de mercado primario y secundario (galerías y subastas). “Las grandes diferencias están en las garantías que ofrecen las galerías, donde sabes que lo que estás comprando es del artista y donde tienes varias opciones para elegir si te gusta lo que ves. En subastas, muchas veces no tienes la garantía absoluta de que lo que estás comprando sea de quien se dice y no hay una oferta donde elegir, cuando sale una obra al mercado es la que es y la única a la que puedes optar, o eso esperas a que salga otra. A cambio puedes encontrar grandísimas oportunidades”, comenta Daniel Díaz.
El mercado del arte, como todos los demás, ha cambiado mucho en la última década y actualmetne se están dando hibridaciones. La subasta que realizó Sotheby’s del estudio de Damien Hirst el 15 de septiembre de 2008 y que recaudó 140 millones de euros es un icono del nuevo negocio de las casas de subastas, diluyendo las diferencias con el mercado primario. Pero no todo son ventas millonarias. Las casas de subastas se han adaptado a los nuevos tiempos y ofrecen ya diferentes servicios para la clase media alta. Christie’s, por ejemplo, abrió en South Kensington (Londres) una sala donde todos los días se celebran subastas con lotes de entre 3.000 y 100.000 euros. Además, han empezado a programar subastas exclusivamente online.
Sotheby´s, por su parte, ha apostado por abrir S2, una galería en Londres que ofrece exposiciones mensuales enfocadas a un público que no se siente cómodo con el vertiginoso ritmo de las subastas y que necesita meditar más sus adquisiciones. Saben que el perfil del comprador actual ha cambiado. Muchos coleccionistas jóvenes con poder adquisitivo buscan comprar piezas de artistas contemporáneos suyos.
Trabajo previo
“Tenemos que tener muy claro qué vamos a comprar y nuestras prioridades”, comenta Daniel Díaz. Conocer el mercado es algo fundamental si uno quiere comprar bien. No solo ver las obras de los artistas que nos interesan, sino dedicar tiempo a hablar con galeristas, artistas y gente que conozca la obra que queremos comprar: preguntar y preguntar. “Hay que hacer un trabajo previo importante. En la medida que a uno le interesa algo debe tender a querer saber más, ese es parte del trabajo que tenemos que hacer, conocer mucho sobre lo que queremos comprar. En este sentido es necesario saber, dependiendo de las posibilidades económicas de cada uno dónde podemos movernos. No es lo mismo comprar pintura, escultura, dibujo u obra gráfica. Tenemos que tener claro qué puede coleccionar cada uno realmente para tener buen foco. La distorsión en este mercado no es buena, hay que poner el foco donde nos interesa”. Ir al catálogo de la subasta, estudiar la obra y asegurarnos que están todos los datos correctos, pedir un “condition report” para saber cuál es el estado de la pieza, analizar previamente costes derivados de la compra como transporte, impuestos, seguro… “ninguno de estos pasos previos son obligatorios, pero sí aconsejables si no queremos llevarnso sorpresas después”.
Valor y precio
Cuando tenemos claro qué queremos debemos elegir bien y solo entonces ir a por la obra. En este momento hay que introducir un parámetro interesante, distinguir entre valor y precio. Una cosa es el valor que pueda tener una obra de arte para cada uno de nosotros y otra el precio en el que se pueda vender. “Normalmente, la mayoría de obras que tienen un precio alto también tienen un valor alto, pero una de las paradojas de este mercado es que no siempre es así, hay otra serie de conceptos que contaminan de tal forma que existen piezas con un valor todavía cuestionable o por demostrar que alcanzan precios astronómicos. “El mercado del arte es muy bonito pero no deja de ser mercado y por lo tanto hay unas reglas y en la medida que conozcamos esas reglas podemos funcionar mejor. En este sentido hay que entender que como el resto de mercados, el del arte depende de la oferta y demanda”. Es fácil, si hay mucha oferta de un autor y poca demanda, lo normal es que no se venda y los precios caigan. Si hay poca oferta y mucha demanda, esta exclusividad dispara el deseo de los coleccionistas por estas piezas y el precio sube.
Decidir la oferta
“Una vez hemos hecho el estudio, sabemos cómo es la pieza, el estado en el que está, hemos contrastado la obra con diferentes expertos y tenemos claros los gastos derivados de comprar esa obra, tenemos que preguntarnos ¿cuánto estoy dispuesto a pagar por ella? Es fundamental tenerlo muy claro antes de ir a la subasta y empezar a pujar para saber cuál es nuestro límite”. Una vez está todo claro, tenemos varias opciones:

  • Pujas por escrito: Tienen preferencia sobre todas las demás pujas posteriores, de tal forma que en igualdad de condiciones la que ha llegado primero es la que se lleva la pieza. Si vamos a pujar a lo mínimo nos interesa hacer una puja por escrito; si vamos a pujar muy por encima del precio inicial, no vamos a dar la puja por escrito porque estamos metiendo una puja más innecesaria.
  • Pujas por teléfono u online: Tiene su cierto riesgo por las condiciones que tengamos en cada momento de horario, cobertura, situación geográfica… pero es útil cuando la obra o el pujador está en el extranjero.  La opción online tiene las mismas características salvo que la haces a través de la web, cada día más común.
  • Pujas presenciales: Son diferentes según el sistema del país donde compremos. El sistema anglosajón es por estimación, si una obra aparece entre 10.000 y 15.000 dólares, la casa de subastas espera que se venda, precio final, entre esa orquilla, pero no sabemos en qué precio sale al mercado, solo lo sabes cuándo empieza la subasta. “Lo interesante de este sistema es que se puede pujar por debajo de la estimación ya que muchas veces la obra muy por debajo del precio estiamdo, muchas otras sin embargo muy por encima”. El sistema español en cambio tiene un precio de salida establecido. “Si pujas por teléfono, la casa da por supuesto que asumes ese precio mínimo que fija el catálogo. Otra cosa es que el lote salga por un precio superior porque se haya pujado antes por teléfono o internet”.

Pago, transporte e impuestos
Aquí es donde mucha gente se lleva la sorpresa. Igual que el mercado primario tiene sus porcentajes entre la galería y el artista (normalmente 50%), el mercado secundario tiene su forma de dividir los pagos. Siempre Intervienen dos agentes: el vendedor, al que se le cobra un 15% del precio más los impuestos; y el comprador, al que normalmente se le cobra un 20% más los impuestos, aunque estos porcentajes también pueden cambiar dependiendo de los acuerdos entre las partes.
Ventas privadas
Llas ventas privadas, la parte menos glamurosa y más confidencial de las casas de subastas, también se han multiplicado en los últimos años. De 374 millones de dólares de facturación en 2008, Sotheby´s ha pasado a 906 millones en 2012, lo que se ha convertido una apuesta clara por este mercado. Debido a la situación económica actual, muchas personas necesitan y tener liquidez inmediata. Una venta privada responde a estas necesidades porque no hay que esperar al calendario de subastas y es mucho más discreto para todas las partes. Las casas de subastas han invertido mucho en el mercado de ventas privadas, generando un crecimiento más sorprendente. Puede ser otra solución si buscamos una pieza concreta.

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